Matar para ganar: psicología de los sicarios

Matar para ganar. Los sicarios, individuos que cometen homicidios por encargo, tienen unos orígenes que son psicológicos, sociales e incluso económicos. El término está asociado por lo general con el crimen organizado y el narcotráfico, pero se ha demostrado que la organización de estas personas suele salir de la órbita de las organizaciones del crimen.

Examinando las causas que llevan a alguien a convertirse en sicario y las consecuencias de esta elección, no se llega a una leyes de comprensión universales, pero sí a factores comunes que comparte con la pobreza y el abandono estatal.

 

Las causas 

Una de las principales razones por las que algunas personas se convierten en sicarios es la búsqueda de dinero y control en contextos de vulnerabilidad, allí, se acogen a la frase de «matar para ganar». A menudo, los sicarios provienen de ambientes con alta violencia, pobreza y escasa educación.

Estos factores sociales crean un caldo de cultivo en el que el sicario puede encontrar un sentido de pertenencia a través de la lealtad a una organización, en algunos casos. En otras veces, estos individuos no tienen acceso a modelos alternativos de éxito o respeto, lo que hace que las organizaciones criminales sean una vía para acceder a estos recursos, estatus social y, a menudo, protección en un entorno hostil.

 

La pérdida de sentimientos al matar para ganar

La psicología del sicario está influenciada por la perdida de sensibilidad emocional, pues debe «matar para ganar» en su mundo. Las personas que se involucran en este tipo de actividades experimentan un proceso de adaptación progresiva a la violencia, lo que disminuye la aversión al sufrimiento ajeno.

Estudios psicológicos sugieren que los sicarios, al enfrentarse constantemente a la violencia, desarrollan mecanismos de defensa que les permiten realizar actos extremadamente violentos sin experimentar remordimientos inmediatos.

Este proceso de deshumanización de las víctimas no es ajeno al proceso de incorporarse a ser un asesino pagado que cree en el lema de «matar para ganar». Eso hay que entenderlo y ver cómo los sicarios pueden llevar a cabo su trabajo sin que se desencadenen respuestas emocionales negativas.

La protección en el ambiente de caos

Otro factor clave en la psicología de los sicarios es la identificación grupal. Para «matar para ganar», muchos se incorporan a una organización criminal debido a un fuerte sentido de lealtad o de camaradería. En un contexto de guerra entre carteles o bandas, pertenecer a un grupo puede ofrecer una identidad, protección y un sentido de propósito. La cohesión grupal crea una especie de “código de honor” que legitima la violencia como una forma aceptable de resolver disputas y ganar poder.

 

Consecuencias Psicológicas

La vida como sicario tiene importantes consecuencias psicológicas tanto a corto como a largo plazo. En el corto plazo, muchos sicarios experimentan una sensación de poder y control. Sin embargo, esta percepción inicial puede rápidamente convertirse en un ciclo de violencia crónica. A medida que se convierten en piezas clave dentro de las estructuras criminales, los sicarios se ven expuestos a constantes riesgos, traiciones y conflictos internos. Esto genera altos niveles de estrés, ansiedad y paranoia, factores que afectan gravemente su salud mental.

Otros problemas a largo plazo de matar para ganar

En el largo plazo, las secuelas pueden ser aún más devastadoras. La exposición prolongada a la violencia y el sufrimiento ajeno puede llevar a trastornos de salud mental como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión y otros problemas psicológicos. Los sicarios que logran sobrevivir a años de actividad criminal suelen quedar atrapados en una espiral de violencia y aislamiento, con dificultades para reintegrarse a la sociedad. Además, muchos sufren de un vacío existencial, al haber perdido la capacidad de experimentar emociones genuinas y de construir relaciones auténticas debido a la naturaleza de su trabajo.

Matar para ganar, una crónica de profesionalismo

La paranoia crónica por la cultura de «matar para ganar» es también una consecuencia común, ya que los sicarios viven constantemente con el temor de ser traicionados o asesinados. Este ambiente de desconfianza genera problemas de salud mental, que a menudo se suman a las dificultades psicológicas generadas por la violencia a la que están expuestos.

 

Ilación final

La psicología de los sicarios está marcada por una serie de factores interrelacionados que incluyen condiciones sociales adversas, desensibilización ante la violencia, y el fuerte sentido de pertenencia a una organización criminal.

Si bien el contexto de violencia, pobreza y falta de oportunidades puede ser un motor que impulsa a muchos a convertirse en sicarios, las consecuencias psicológicas de esta vida son profundas y duraderas.

Las balas fortalecen el lema de «matar para ganar»

El estrés crónico, la desensibilización emocional y los trastornos mentales posteriores a años de violencia configuran un ciclo destructivo que afecta no solo a los sicarios, sino a las comunidades y sociedades en las que operan.

Si matar para ganar no está en el diccionario común, entender la psicología de los sicarios logrará que el ciudadano promedio logre tener su enfoque a un fenómeno complejo integralmente, y tal vez, ofrecer soluciones que combatan el crimen y que proporcionen caminos alternativos para aquellos atrapados en este ciclo de violencia.